ROGER SPERRY
UN PEQUEÑO ANALISIS
Nadie habrá dejado de observar la importancia de las investigaciones de Roger Sperry. En 1981 le fue otorgado el premio Nobel de medicina por sus investigaciones acerca de las funciones de cada uno de los hemisferios cerebrales en las tareas cognoscitivas. Lo que mostró Sperry permite asegurar que lo que percibimos no se puede separar de lo que somos capaces de expresar. Esto parece reafirmar viejos asertos filosóficos ("uno ve lo que sabe"), aunque en este caso, a partir de pruebas neurológicas.
Para llevar a cabo sus investigaciones, Sperry utilizó quimeras. Además de un animal fabuloso, la quimera es una imgen compuesta por dos mitades diferentes. El campo visual humano está dividido en mitades: a una le corresponde el hemisferio derecho del cerebro, a la otra el izquierdo. Cada ojo tiene este doble campo (a diferencia de los oidos, que casi por entero corresponden cada uno a un hemisferio cerebral). Sperry eligió como sujetos de investigación a pacientes que, por diversas causas, tienen desconectados ambos hemisferios, es decir, han sido callosotomizados (el cuerpo calloso es la principal unión entre los hemisferios).
Puestas estas personas delante de una quimera -por ejemplo, un "rostro" formado por dos mitades de rostros diferentes- se mostraban incapaces de notar el artificio. Eso resulta, para quienes disponemos de un sano y eficiente cuerpo calloso, bastante sorprendente y difícil de imaginar. Pero Sperry fue más allá: primero, le pedía al paciente que diera una respuesta verbal acerca de lo que veía; se sabe que las funciones del lenguaje están localizadas en el hemisferio izquierdo; pues bien, el paciente hablaba y decía que veía la mitad de la imagen que correspondía a ese hemisferio. Luego, se le pedía que agarrara con la mano izquierda (que está comandada por el hemisferio derecho) una copia del objeto que veía, que tenía a su disposición, entre muchas otras imágenes, sobre una mesa delante suyo; entonces, el paciente elegía la copia de la imagen que correspondía a su hemisferio derecho.
Durante treinta años, Sperry hizo muchas otras investigaciones sobre los hemisferios cerebrales, pero la relatada aquí es la que dio los resultados más espectaculares. La pregunta que cabe es: pero en realidad ¿qué veía el paciente? Veía lo mismo que cualquier feliz poseedor de un cuerpo calloso, pero su conciencia estaba desdoblada. Las personas sanas, que generan en una primera etapa las mismas semi-imágenes, intercambian luego informacion entre ambos hemisferios, y son capaces de decir: "veo un objeto compuesto por dos mitades diferentes".
Pero ¿es cierto que podemos afirmar eso? ¿No parece, más bien, que no somos capaces de formar imágenes enteras del mundo y de nosotros mismos? Toda esta manía hedonista y egocentrada, toda esta ética yuppie que cunde en el planeta, ¿no es una manifestación de una severa discapacidad perceptiva? Si el habla conforma respuestas a los estímulos visuales, otras funciones cerebrales también lo harán, así como lo impedirá su atrofia. De alguna forma, se puede estar tranquilo: no es que seamos estúpidos; es que no nos damos cuenta.
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